Bienvenidos a mi espacio... una suerte de rincón donde dejaré colgados los delirios mágicos de mis noches de insomnios y duermevelas. Un espacio de encuentro y exorcismo, desahogo y reivindicación, el rincón catártico para liberar el alma. Una excusa para escribirme y redimensionarme. Una oportunidad para compartir lo que me gusta y disgusta del mundo...Un pasatiempo que no espera pasar del tiempo sino construirlo como una memoria.

Datos personales

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Una frase que me define, "milito en la esperanza, no en la nostalgia" Me gusta el mar y sus atardeceres, un buen libro, una copa de vino. Me gustan mis hijos y disfrutar de mis nietos y sus vidas luminosas... Me gusta vivir.

Entre poemas te veas...

El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas

ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan

el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes

nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme.

(Mario Benedetti)

lunes, 20 de abril de 2009

Como fruta madura...



Cuando trato de decir algo y las palabras se me hurtan, suelo buscar el auxilio de Gioconda Belli. Es impresionante cómo encuentro en sus poemas la dimensión exacta de mi sentimiento. Es casi mi alter ego, la intérprete perfecta del sonido de mis pensamientos, la traductora fiel de mis sensaciones.
Hoy, días después de contabilizar los años que ya no tengo, me siento exactamente así:



Estoy viva como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.
No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia hermanándose
con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.

No.
Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día mis ojos encenderán luciérnagas.

2 comentarios:

  1. Los espejismos son los sueños de la sed a orillas del desvelo

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  2. Ciertas mujeres de todo el mundo, pero especialmente de ese subcontinente impresionante que es sudamérica, tienen voz en esta sensible, intensa y valiente poeta nicaragüense. No me extraña que sientas que habla por tí, y quizá, no será extraño que algunas veces, tu hables por ella sin que tenga la fortuna de saberlo como tu la sabes a élla.

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