Hoy es Domingo de Resurrección y son casi las nueve de la tarde, El sol aún se ve en el horizonte y creo que tardará un poco en bajar a hundirse en el mar, aunque, en verdad, hoy no ha hecho más que salir y esconderse tras las gotas de lluvia , para volver a salir. Supongo que es su manera de unirse a la fiesta de pascua. Tal vez andará en eso de buscar huevos escondidos por cualquier parte y por ello se nos pierde de pronto, tras la garúa (o el sirimire, como dicen por aquí) para reaparecer brillante y engañoso...y volver a perderse.
No puedo menos que evocar las Semanas Santas de allá, tan diferentes. ¡Ay, ese sol radiante y cargador de energías! ¡Esa gente vital, alegre y comunicativa! ¡Esos espacios, esa vida, esas ganas de vivir! En fin, que hoy tengo ganas de estar por allá...
Al quedar la casa vacía, como terapia contra la tristeza, me obligué a disfrutar un rato del silencio para después encontrarme con Vinicius de Moraes (en sus Crónicas y Poemas, claro). y me entretuve un rato con esa prosa deliciosa, esa crónica de lo cotidiano, ese sentido de la vida bullicioso y dulzón tan de Vinicius. Hasta cualquier rato.
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Por Ángeles Cruz Martínez
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Hace 12 horas
Palabras de agua
ResponderEliminarSirimire: Dedos de nin~o tamborileando sobre una mesa de madera.
Garua: Un brisar suavecito con olor a rocio.
En fin,
una tristeza chiquita que se cuela,
de a poco y sin cesar,
por la ventana
entreabierta.