Bienvenidos a mi espacio... una suerte de rincón donde dejaré colgados los delirios mágicos de mis noches de insomnios y duermevelas. Un espacio de encuentro y exorcismo, desahogo y reivindicación, el rincón catártico para liberar el alma. Una excusa para escribirme y redimensionarme. Una oportunidad para compartir lo que me gusta y disgusta del mundo...Un pasatiempo que no espera pasar del tiempo sino construirlo como una memoria.

Datos personales

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Una frase que me define, "milito en la esperanza, no en la nostalgia" Me gusta el mar y sus atardeceres, un buen libro, una copa de vino. Me gustan mis hijos y disfrutar de mis nietos y sus vidas luminosas... Me gusta vivir.

Entre poemas te veas...

El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas

ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan

el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes

nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme.

(Mario Benedetti)

miércoles, 3 de junio de 2009

Estos son mis nietos.

Hoy quiero hablarles de mis nietos, el regalo más bello, después de mis hijos, que pude haber recibido alguna vez.

El primero se llama Andrés Octavio. Es el sirimire, la garúa. Lluvia frágil, serena, callada e inasible, que se te empoza en el alma, dejándote un sabor dulce y suave. Es certeza y rotundidad. Ternura y lejanía. Miga de pan para el gorrión. Acorde de guitarras en la noche. Mar insondable. Luz y silencios.

El segundo es el Gabo. Gabriel Armando. Es como el bosque en otoño. Sol y sombra dibujada en mil colores. Misterio, hondura y persistencia. Febril y lleno de vida por debajo de las hojas. Es espiga y hogaza de pan nuevo. Dulce y suavecito como almíbar fresco. Amanecer en el mar. Principito de mil asteroides escondidos.

El tercero es Sebastián. Es el arcoiris, luminoso y fugaz. Es cielo de verano, abierto, azul, cálido, transparente. Es lluvia intensa y refrescante. Miel y dátiles. Sinfonía inacabada. Prado verde y carretera infinita. Ensoñación y fábula. Pueblo desconocido y aventura soñada. Silbo del viento. Piedra de molino.

Y ella es Camila. Hierba fresca recién cortada. Temporal de aire puro. Aluvión de sonrisas. Vendaval desbordado. Balcón cordobés, fragante y colorido. Playa llena de niños. Sol radiante y luminoso. Notas de bossanova. Azahar y canela. Paloma zurita. Campanas al vuelo. Feria del Rocío. Ella es luz. Y lo ilumina todo.

4 comentarios:

  1. Esa descripción de los hijos diferidos me hizo pensar en un juego que se utiliza para elegir: "Piedra, Papel y Tijera". Si agregamos un cuarto elemento como la "Tela" tendríamos las descripciones de los cuatro: Andrés Octavio: Rotundo, sereno; Gabriel Armando: Cálido, multicolor; Sebastián: Ligero, dibujado, escrito; Camila: Relámpago filoso, tintineo firme.

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  2. Yolanda, se me hincha el espíritu de leer tus palabras. Me parece que tu expresión en este espacio tiene un valor inmenso...!! el hecho de poder leer todo cuanto sientes y piensas de cada uno de tus nietos es el mejor legado que les puedes dejar a ellos en sus vidas...!!!
    Frankevys

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  3. Muy bello este post.

    El abuelo que soy te envía un abrazo agradecido.

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  4. Provoca ser abuela leyendo esto.

    Un besote a esos nietos!

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