Entre poemas te veas...
El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme.
(Mario Benedetti)
Muerte en Los Abruzzos
A veces es preferible no enterarse de nada, pero una fuerza interior o la costumbre nos obliga a leer o ver las noticias, estar al tanto de lo que ocurre. Aunque con ello llegue la desazón, la angustia o la tristeza. Desde hace días le he huído de manera consciente a lo que pasó en los Abruzzos, ese pedazo de tierra desgarrada del centro de Italia. Sin embargo nos es forzozo acceder a las anécdotas, a los dolorosos relatos, a la pequeña vivencia. Y nos tropezamos con esa madre desahuciada por la leucemia que fue la única sobreviviente de una familia. O el padre que vió impotente cómo se morían sus dos hijos adolescentes. O cómo un pequeño poblado de cuarenta personas en segundos quedaba asolado y desierto. O por qué en L'Aquila una de las campanas de la iglesia cayó y la otra quedó intacta o....en fin, cualquiera de esas historias que nos obligan a pensar, de verdad, si Dios está por ahí o habrá salido de compras. Me cuesta entender algunas cosas. Y prefiero no pensar en ellas, al menos por ahora. El caso es que una ciudad universitaria, bulliciosa y febril hoy sólo tiene escombros, olor a muerte y a destrucción y el pánico y la desesperación en los ojos de los sobrevivientes. El caso es que esa región estuvo sufriendo temblores durante dos meses y el gobierno fue incapaz de tomar medidas para evitar la muerte de esas 300 personas y ahora ofrece ayudas de 400 euros para paliar un dolor que no se acaba. ¡hasta cuándo!
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